Estos esquejes se cortan a mediados de
verano y a principios de otoño, y son tallos
más firmes que ya van adquiriendo una consistencia leñosa. Han de ser
de unos 5-10 cm de largo, excepto el caso del brezo, que tendrá que
ser de unos 2,5-5 cm de largo. Los esquejes de coníferas deberán ser
de un mínimo de 13 cm y su base debe ser de color marrón leñoso. Los
esquejes semileñosos se preparan de la misma manera que los tiernos,
pero no es necesario aportarles calor para que echen raíces.
Se han de insertar en un compost que contenga una mezcla de arena y turba, en bandejas o en tiestos, utilizando un palo para hacer los hoyos, luego se afirman y se riegan. Otra posibilidad es plantarlos sobre una capa de compost para esquejes, dejando una distancia de 7,5 cm entre cada uno, y cubrirlos con cristal o polietileno. A una temperatura de 18 °C, echarán raíces con mucha rapidez; algunos, como el eleagnus, no brotarán si no disfruta de esta temperatura.
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