Todas las plantas jóvenes que han de ser plantadas afuera necesitan un proceso de adaptación para acostumbrarse a las condiciones más duras que les esperan afuera, y evitar así el cambio drástico. Hay que llevarlas primero a la zona más fresca del invernadero, después a un armazón cubierto afuera, brindándole gradualmente una mayor ventilación hasta que después de un par de semanas queden completamente expuestas.
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Estas,
y otras plantas, que crecen a partir de rizomas (tallos horizontales)
se dividen en verano
después de la floración, pero la
técnica es un poco diferente. Levante el cepellón y divídalo
con la mano. Luego, elija los rizomas jóvenes y fuertes, de
unos 10 cm, cuidando que cada posea un buen abanico de hojas
y muchas raíces fibrosas fuertes. Tire los que tengan raíces
agotadas. Puede recortar las hojas hasta la mitad para reducir
la pérdida de humedad y la resistencia
al viento. Entierre los rizomas hasta dejar a la vista apenas
un trozo.
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