embrar en interiores implica algo más que brindar a las semillas y los plantones algo de calor extra, con lo cual se intenta provocar que broten más temprano de lo que lo hubieran hecho de estar afuera. El objetivo es controlar todas las condiciones de crecimiento para brindarles las mejores oportunidades de éxito.
Significa protegerlas de plagas y enfermedades, particularmente de aquellas causadas por exceso de humedad, y utilizar compost bien drenado para garantizarles la humedad y los nutrientes necesarios. También implica garantizarles el calor suficiente para que germinen y que el brote de los plantones se produzca con facilidad; protegerlas del viento, la lluvia y las heladas, pero dándoles ventilación sin corrientes de aire y regándolas cuando lo necesitan.
embrar
en tiestos o bandejas facilita su observación y prestarles atención
en caso necesario. Se sigue este método con casi todas las plantas que
se siembran en el curso del invierno,
es decir aquellas plantas para macetas
que tenemos dentro de casa, para semilleros de plantas semirresistentes
de frutas y verduras tiernas, tales como tomates o calabacines; para
ser plantados fuera posteriormente. Algunas plantas algo más resistentes
se benefician con dichos cuidados en las primeras etapas de su crecimiento,
de tal manera que cuando son plantadas en su lugar definitivo ya se
encuentran bien fuertes. La higiene es vital.
ay que comenzar
con un invernadero limpio, libre de plagas; macetas
y bandejas limpias, un suelo esterilizado con una buena proporción de
turba o compost para tiestos. Hay que llenar la bandeja con compost
hasta una altura de 10 mm de su borde superior. Afirmar con los dedos,
especialmente alrededor de los bordes y nivelar la tierra con un rasero
de madera o con una base plana. Colocar en un recipiente con agua hasta
que la superficie aparezca húmeda, luego permitir que drene. Se ha de
sembrar fina y homogéneamente, mezclando las semillas especialmente
pequeñas con arena fina para facilitar la operación. Cubrir la bandeja
con un cristal para retener la humedad y darle
sombra con un papel hasta que germinen. Una vez ocurrido esto, hay que
descubrir la bandeja inmediatamente. Las semillas germinan mejor en
un programador eléctrico o en un suelo provisto de cables eléctricos
para lograr la temperatura adecuada. Las plantas anuales semirresistentes,
los tomates y muchas otras, necesitan una temperatura de unos 15 °C;
las begonias más exóticas y las glicinas, unos 18-21 °C. Un exceso de
calor es inútil y contra-producente.
an pronto como los plantones hayan alcanzado un tamaño para que puedan ser manipulados con seguridad, puede arrancarlos utilizando para ello un etiquetador de madera para plantas o un tenedor viejo, tirando de las hojitas, nunca de los tallos, y los planta en una bandeja más profunda, utilizando un palito o cualquier otro mecanismo para hacer los hoyos. Podrá poner de 24 a 60 en cada bandeja. Cuanto más generoso sea el espacio que las rodea, tanto más vigorosas crecerán las plantas. Finalmente trasplántelas en tiestos de 7,5 cm.
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